Pueden alcanzar dimensiones de 1 a 3 m de altura y amplitud, aunque también existen variedades enanas y trepadoras. Sus hojas son caducas, grandes, glabras, pecioladas y de un vistoso color verde. Sus flores están reunidas en inflorescencias de gran tamaño llamadas corimbos y se caracterizan por sus intensos colores: violeta, púrpura, azul, rosa, rojo y blanco.
Necesitan un lugar con sol parcial y suelo húmedo para crecer de manera óptima, y es importante regarlas regularmente. También conviene protegerlas de las heladas durante el invierno para evitar que se dañen.
Destacan por su tamaño y floración por lo que son ideales para zonas del jardín que queramos resaltar, plantándolas de manera aislada o formando composiciones con distintas variedades. Se utilizan mucho para formar borduras o arrietes, y plantadas a pie de los árboles por sus necesidades lumínicas de semisombra. Funcionan perfectamente también para destacar en macetones. Además, al ser plantas muy decorativas, dependiendo de la variedad, se pueden utilizar en el interior de la casa. En este último caso, necesitan recibir luz natural para florecer y conviene apartarlas de corrientes de aire caliente o fuentes de calor.
Son una de las plantas más vendidas en floristerías en fechas señaladas como el día de la madre. Sus flores se utilizan mucho como flor cortada para todo tipo de arreglos florales,
Producto recomendado: Super Enraizante Natural.
Producto recomendado: Fertilizante Plantas Acidófilas. Complementarios para una mayor floración: Potenciador del Color Natural, Potenciador de la Floración.
Producto recomendado: Triple Protección, Antihongos, Anti Insectos, Antihongos en Polvo.
En zonas muy calcáreas puede desarrollar clorosis, para eliminarla aplicar productos específicos a base de hierro.
Producto recomendado: Reverdeciente Universal.